viernes, 11 de noviembre de 2011

Y tu, ¿Quien éres?

Yo no soy Icar Estuardo López Vanegas, yo no vivo en la ciudad de México, yo no amo la música, yo no pienso que el amor es un barranco donde el aire decide si caes o no.

Yo no espero que el sol se ponga para decirle que la amo.

Yo no vivo una vida de ensueño, pero vivo mal, no me gustan los excesos.

No amo que me digan que soy el hombre de sus sueños.

No salgo de mi casa solo para dar una vuelta y ver que el mundo ha cambiado mucho desde el día anterior, el árbol está triste, el señor de la esquina ahora bolea zapatos, el sol me mira con disgusto.

No leo, porque no me encanta, no me es una pasión, no me excita, no me captura,  no me hace pensar cosas nuevas, no me hace sentir historias que no son la mía y así entender la mía propia, no me hace conocer otros mundos, otros modos de vivir y sentir el mundo.

No amo la música, no amo como los compases poco a poco van siendo tan perfectos que se van alargando, tanto así que pueden durar una vida, o como pueden durar nada, tampoco amo como a partir de una nota puedes denotar tal o cual sensación, no amo como puede cambiar el ánimo de la gente, odio como a partir de una melodía se puede cambiar a distintos géneros, odio la música, clásica, el blues, el jazz, el rock, la salsa, el flamenco, la electrónica, detesto los conciertos, he ido a muy pocos, pero los odio.
Odio caminar por la calle con mis audífonos puestos, sea cual sea la pieza o canción, siempre descubres una historia diferente con cada una. 

Odio a ella, que no sale de mis pensamientos, sea quien sea, no la extraño, puedo alejar mis pensamientos de ella, cada frase, cada melodía, cada idea, y cada momento no me recuerdan a ella, muchas veces me he sentido como me sentí con ella, no me cuesta zafarme de esto, solo que me gusta que ella no me haga caso, peri aún no la amo, a pesar de que tuvimos todo.

Odio viajar, odio la larga espera en el aeropuerto, odio el despegue del avión, no me gusta esa sensación de que tus pies quieren aferrarse a la tierra, odio ver las montañas desde arriba, las ciudades, los pueblos, el mar, las islas, los peces, el azul infinito que se pierde con las nubes al ocaso y que se confunde con el cielo al anochecer, odio llegar a otro país y no saber que hacer, a donde ir, me disgusta probar comida de otros lados que no sean mi casa, prefiero morir antes de ver las danzas y los rituales de lugares donde nunca pensé estar, pero ahí estoy.

Odio hablar con la gente, odio que me cuenten sus problemas y no me gusta ayudarlos, aunque sea con un buen consuelo, aborrezco oír como la gente ve este mundo que desafortunadamente compartimos.






Esta no es mi vida.

¿Y tú quien eres?